En 1996, el roquero Ry Cooder marchó a La Habana para investigar cómo se había dado la fusión de África, América y Europa en la música cubana. Buscó a los músicos de la época dorada (los 40 y 50). Alguno de ellos tenía 90 años, pero desplegaban tanta energía como unos adolescentes. Eran las grandes figuras del son cubano. Así surgió “Buenavista Social Club". Un disco mágico.
“Buenavista Social” era un club ubicado en el barrio Buenavista de La Habana en el que se reunían músicos de son y guajira en los años 40 para ensayar, improvisar entre ellos, cantar y bailar. El local era frecuentado por trovadores consagrados como Compay Segundo, Ibrahim Ferrer y una jovencísima Omara Portuondo. Se trataba, en su mayoría, de músicos de origen rural, provenientes de la zona de Santiago de Cuba, al sur de la isla que llevaban los ritmos mestizos de los campos de café y tabaco a la capital.
En los años 50, los visitantes norteamericanos frecuentaban clubs como este, atraídos por el son y por el bolero, convirtiendo a algunos de sus intérpretes en celebridades locales que llegaron a grabar discos para grandes compañías como RCA.
Tras la revolución el estado cubano nacionalizó el cabaret Tropicana, pero debido al bloqueo a la isla gran parte de los clubs y salas independientes tuvieron que cerrar. Por la falta de conciertos los músicos fueron cayendo en el olvido, pero ninguno abandonó Cuba. Aunque nunca dejaron la música, Compay Segundo tuvo que trabajar en una fábrica de tabaco e Ibrahim Ferrer recorrer la ciudad como limpiabotas para poder sobrevivir.
En los años 90, Ry Cooder que había recorrido los campos del Misisipi investigando los orígenes del Blues viaja a La Habana con la intención de estudiar cómo se había dado la fusión de la música africana, europea y americana en Cuba. Reúne a los músicos que 50 años antes tocaban en el club y los graba en unos estudios locales. Compay Segundo tiene 90 años y Omara Portuondo 70. Nadie esperaba que esta grabación con tintes de documental tuviera la repercusión que obtuvo. Los trovadores de son, a pesar de su edad, sorprenden con la frescura de su música y viven un renacer de sus carreras. Vuelven a grabar discos individuales y a dar conciertos en el extranjero, después de pasar décadas de estrecheces.
Debido al éxito del disco realizan recitales grupales por varias ciudades del mundo. Tras uno celebrado en Ámsterdam en 1998, el director alemán Wim Wenders graba un documental en el que intercala actuaciones y sesiones de estudio con entrevistas a los músicos en el que nos hablan de su vida y su carrera.
En esta edición especial “Buenavista Social Club 25 años” se incluye canciones grabadas en 1996 que no se publicaron en la primera edición, como “Vicenta” cantada a dúo por Compay Segundo y Eliades Ochoa, un son tradicional de las plantaciones de tabaco cerca de Santiago, o “Saludos compay” una divertida guajira en la que Compay Segundo va saludando desconocidos por la calle como si fueran amigos de toda la vida, reflejo del talante afable de los cubanos. Disponible en disco de vinilo y en plataformas como Spotify es una buena oportunidad para que quienes no conozcan el disco lo descubran y quienes ya lo habían escuchado se reencuentren con el álbum con el que los grandes maestros del son cubano volvieron a encandilar al mundo.
* Fragmento de un artículo encargado por una revista cultural.
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