Miguel Ríos 2021. Los viejos rockeros nunca mueren.

 

Con 77 años recién cumplidos el roquero granadino se ha embarcado en una gira que le está llevando por 11 ciudades de España acompañado por un trío de blues: “The Black Betty Trío.” Demostrando que está en plena forma, y que como pasa con los Rolling Stones, los viejos roqueros nunca mueren.

 


 

Sobre el escenario nos canta canciones, compuestas durante el confinamiento y recopiladas en su último disco “Un largo tiempo”, que hablan de la pandemia económica, de las condiciones de vida de los pensionistas y de “historias con un triste final.” Pero también revisa en clave de folck y de blues sus canciones de siempre, con una frescura y una fuerza inesperada. La vida de un roquero no termina a los 65 años.

 

Existen grandes similitudes entre el flamenco, el son cubano, el blues y el Rock & Roll; el hijo legítimo del blues. Son músicas que surgen de las penas y las vivencias del pueblo, y los músicos se las regresan para hacer más feliz a la gente. Estas músicas adquieren plena razón de ser cuando se tocan en directo. Sus músicos se lanzan a encadenar conciertos y recitales. Hacen de la carretera su modo de vida. Es su principal fuente de ingresos, pero con el tiempo se convierte en mucho más. Por eso no es extraño verles tocar en vivo hasta que le fallen las fuerzas.

 

 

Cuando Enrique Morente, Compay Segundo o John Lee Hooker cantaban en los últimos años de su vida no eran viejas glorias. A menudo el capitalismo desplaza a determinada edad a los músicos, como hace con los trabajadores cuando no les puede sacar al mismo nivel de plusvalía que antes, los archiva como artistas del pasado, cuando aún tienen cosas que aportar. ¿Alguien puede decir que BB King sonara a música de otro tiempo? Lo mismo sucede al escuchar a Miguel Ríos cantar “Bienvenidos” con un piano de blues de fondo. 

 


Sesenta años de Rock en España.

La carrera de Miguel Ríos es el hilo que une seis décadas de Rock en España. Sin su visión del Rock cómo una música de masas y su perseverancia, el rock en nuestro país hubiera sido muy diferente.

 

En 1960, siendo un gran fan de Elvis Presley, al que había visto en películas, emigra a Madrid para convertirse en cantante de Rock & Roll. El Rock aún no existía en España. Tras años de penurias la industria discográfica le cambia el nombre: “Mike Ríos” y orienta su carrera al twist, un género más tolerable por la censura.

 

A mediados de los 60 se convierte en uno de los artistas de cabecera de “Las matinales del Circo Prince.” Un espectáculo instalado en La Plaza del Real de Madrid pensado para los jóvenes que seguían la música que hacían los Beatles y los Rolling Stones. Por otro lado muchos de estos jóvenes luchaban contra el dictador y soñaban con conquistar un país libre. La salida del espectáculo concluía con cargas de la policía nacional, los llamados grises.

 


En 1969, con los arreglos del músico argentino Waldo de los Ríos, realiza una adaptación de la novena sinfonía de Beethoven al Rock. “El himno de la alegría.” Que para el mundo angloparlante se llamará “The song of Joy.” Convirtiéndose en un éxito internacional. Miguel Ríos fusiona el Rock y la música clásica al mismo tiempo que Frak Zappa en EEUU y los Deep Purple en Inglaterra. Sin tener ninguna conexión con ellos. Esta canción representará un símbolo de la unidad y la lucha contra las dictaduras fascistas, no solo en España sino en países de Hispanoamérica como el Chile de Pinochet.

En los 70 mantiene encendida la antorcha del Rock, cuando el panorama vira hacia los cantautores, explícitamente más comprometidos. Su perseverancia facilita que a finales de la década surja el Rock urbano en los barrios de las grandes ciudades. Con Burning, Leño y Asfalto.

A principios de los 80 es el único músico capaz de llenar estadios deportivos y plazas de toros en cualquier lugar de España. Lo hace con giras como “Rock & Ríos”, “El Rock de una noche de verano” o “Rock en el ruedo”. En sus giras promociona  grupos como los “Leño” de Rosendo, los “Alarma” de Manolo Tena o una jovencísima Luz Casal. Con un despliegue de luces y sonido sin precedentes. Es un intento por mostrar que en España se pueden hacer giras al mismo nivel que las grandes bandas extranjeras. Con algunos de estos proyectos se llega a arruinar.

En 1987 dirige el programa de televisión “Que noche la de aquel año.”  En el que año por año nos cuenta la historia del Rock y el Pop hecho en España con actuaciones grabadas en directo. Un hito en la historia de la televisión.

 

 


 

 

En décadas posteriores acomete diferentes proyectos, pero cabe destacar el disco “Miguel Ríos y las estrellas del Rock Latino”, los conciertos que hizo con el grupo “TRi” (México) y las colaboraciones con Charly García y Fito Paez (Argentina) reivindicando el Rock hecho en español.

 

En el 2021 vuelve a los escenarios, después de 17 años desde su última gira. Historia viva del Rock nacional. Es un placer volver a verlo, como lo es ver a los Rolling Stone o a los Pink Floyd cada vez que se reúnen.

 

 

 

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